Raval
El proyecto nace con el condicionante de la volumetría específica marcada por el PERI del Raval de Barcelona, planta elíptica, asentada en el lateral de la Rambla del Raval, en una plaza de nueva creación, junto a la calle San Rafael. Asimismo, como consideración previa, hay que analizar la orientación de los ejes de dicha elipse, pues en virtud de la dirección hacía la que transitamos percibiremos el edificio de forma más o menos estilizada, como un faro que emerge en medio en un contexto asingular.
Una vez analizada dicha orientación y con anterioridad a abordar el programa específico de uso hotelero marcado por el cliente, debemos marcar qué tipo de relación se prevé con el entorno inmediato, como queremos percibir el edificio en dicha Rambla En ese sentido, vistas las fachadas existentes a lo largo de la Rambla, y desconociendo el tipo de arquitectura o composición de las nuevas edificaciones colindantes, se ha pretendido que la fachada no compita con las existentes, se plantea una fachada continua que resuelva, por una parte, la relación del edificio con el entorno de manera discreta, anónima, para ello el edificio se ha envuelto en una malla continua a lo largo de toda la fachada, salvo en el tramo más cercano al pavimento, en el cual se ha buscado mayor transparencia para potenciar la relación interior-exterior en el área de la plaza perimetral. Por otra parte, en una ubicación privilegiada como esta, se debe estudiar cómo se verá la ciudad desde el interior de las habitaciones, planteando que no se debe ceñir a una ventana estándar que limita dicha vista, sino que desde una posición predominante, creemos más conveniente potenciar dicha visión de la ciudad con grandes ventanales longitudinales como cuadros vivos dentro de la habitación, protegiendo la intimidad de la misma mediante dicha malla, que funciona, asimismo, como filtro solar.
Se cree conveniente la potenciación de la elipse como forma singular en toda la vertical, creando, así, un volumen puro, limpio de anexos, y que, visualmente “levita” sobre el pavimento, al no llegar su “piel” al mismo, creando la imagen de un cilindro elíptico flotando.
Se implanta el acceso en la esquina de la parcela con la calle San Rafael, dónde se ubica el “motor-lobby”, bajo una marquesina escultórica de acceso y protección, a la vez que hito de entrada. Se ha pretendido que el diseño de la marquesina sea lo más liviano posible, y que su geometría no compita, ni se confunda con la volumetría del hotel.
Entrando en la resolución de la configuración interior del hotel, cabe decir, que el programa se ha establecido siguiendo los criterios de calidad del cliente, en cuanto a zonificación, materiales, y dimensiones, cumpliendo con las condiciones marcadas por la normativa catalana respecto a un establecimiento de esta categoría.
Se destaca la configuración de la planta baja, en la que se ha pretendido que, desde el exterior, se perciba la continuidad formal del edificio, por ello, se han planteado dos grandes volúmenes a modo de pilares, que soportan en su interior, todos los usos y funciones necesarias para el buen funcionamiento de la gestión hotelera, mientras que el resto de zonas, están completamente abiertas. Estos volúmenes, ambos de forma elíptica, uno de ellos completo, conteniendo la escalera del hotel, el lobby-bar, y un pequeño almacén, tiene una “piel tecnológica”, de plasma, con proceso de metamorfosis continúo controlado por sistemas informáticos, ello permitirá generar emociones diversas a la hora de percibir el espacio interior del hotel.
El otro volumen, más grande, mantiene en su interior, funciones mucho más “hoteleras”, como la recepción, el guarda equipajes, el office de apoyo al restaurante, el buffet, y el acceso de personal, así como la caja de ascensores, el montacargas, y la escalera de emergencia de servicio. Esta elipse, maclada con la fachada del hotel es incompleta. Este volumen se reviste de piedra de pizarra negra, para mantener un papel más discreto en la configuración interna de esta gran área común.
Las circulaciones se desarrollan como un paseo…desde la marquesina de entrada y acogida, dónde se sitúa el motor lobby, se accede al hall, el cual queda atravesado, verticalmente, por haces de luz láser procedentes del pavimento, generando un efecto de interacción con el paso del usuario.
En ese momento, percibimos, el volumen negro, a la izquierda, conteniendo la recepción como un corte limpio, mientras que, ya desde el exterior, hemos visionado parcialmente el cilindro de plasma en plena metamorfosis continua, que se sitúa a la derecha de la entrada. Entre los dos volúmenes se halla la confluencia del núcleo de comunicación vertical, como dos cortes en los dos “pilares”, a la sazón de nexo. No existen lugares de uso exclusivo, compartimentado, sino que todo es un gran espacio multiusos perimetral a lo largo de la fachada en contacto con el exterior.
Ello permite la flexibilidad necesaria para poder realizar en el interior del hotel toda clase de eventos, anexos a la actividad hotelera: reuniones, banquetes, comida a la carta, exposiciones, descanso, ...
Desde esta área polivalente, enfrentada con el acceso principal, existe una salida a la plaza, comunicada con la zona de terraza de uso privativo del hotel. Esta área exterior funciona como un apoyo a la zona de restauración, con la posibilidad de establecer comidas y snacks al aire libre.
Desde este patio de operaciones multiusos, a través de la escalera principal, o mediante el uso de ascensores, llegamos a la parte pública de la planta primera.
En esta zona, encontramos un espacio multifuncional, polivalente, en el que se ubican usos varios, como cyber-corner, zona de lectura, sala de TV, espacios divisibles, lo que permite su uso como salas de reuniones, dar una charla, realizar un cocktail, o simplemente, relajarse. Esta área cuenta con aseos independientes, adaptados a minusválidos.
Esta área recorre, aproximadamente la mitad de la planta primera, con vistas sobre la plaza y sobre la Rambla del Raval. En la otra mitad de planta se inician las habitaciones.
En el resto de plantas de habitaciones, el esquema se repite, aun contando con diferentes tipologías de habitación. Las habitaciones se distribuyen, de forma radial, alrededor de un gran núcleo central de comunicaciones y servicios, con una marcada geometría elíptica, potenciando el apellido de este Hotel icónico: 360º
Ubicación
Rambla del Raval, Barcelona
Cliente
Barceló
Colaboraciones
Interior design by Jordi GaliJose Mª Blanco and Jaume Torrens, authors of the architecture project together with CMV
Estado
Obra terminada
Año
2014
Área
9.657m2